Fingir, esa palabra ha retumbado en mis oídos. Ese disfraz muy bien decorado y libre de prejuicios se ha destrozado. Tu verdadera apariencia sale a relucir manifestando lo que ojos ajenos y mentes débiles aún no logran descifrar.
Por otra parte me he quedado desconcertado al ver esa mascara caer y romperse en pedazos, como si de un vidrio se tratara. Admito que arduo ha sido el trabajo de entender aquel enigma que te rodeaba.
Aprisionada y sin ninguna escapatoria. Sola y en silencio bajo el anonimato aguardarás el momento para resurgir y contemplar un nuevo amanecer donde las mentiras no estarán y los espejismos no existirán.
No podré ver ese amanecer. Lo siento, he extendido mi travesía. Con este nuevo tropiezo exploraré nuevos horizontes.
Me gusta mucho, amiguito.
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